
Banana pelada
¿Que es hacerse una paja?
¿Cómo hacerse una paja? La palabra «paja» es un cajón de sastre lingüístico, con múltiples significados según el diccionario de la RAE, aunque solo uno apunta directamente al acto de masturbarse. Su origen etimológico nos lleva al latín pascere, que se traduce como “apaciguar”, “complacer” o “dar placer”. Curiosamente, en árabe este verbo evolucionó a pašša, cuya pronunciación suena casi idéntica a «paja» en nuestro idioma.
Sin embargo, hay otra hipótesis más terrenal, vinculada al mundo rural. En la cosecha de cereales, los granos se desprenden de la espiga —conocida como paja— con un movimiento que imita el vaivén de la mano al masturbar un pene. Esta similitud podría haber dado lugar a la expresión «hacerse una paja».
Si todavía te preguntas qué significa exactamente, aquí van algunos sinónimos y expresiones ingeniosas para referirse a la masturbación masculina: tocarse la flauta, darse un mano a mano, hacerse una puñeta, afilar el boli, sacudírsela, tocar el tambor, apretar el cuello al pavo, estirarse el cable… La lista es tan larga como creativa.
Beneficios de hacer una paja

Close-up de la entrepierna de un hombre
Disfrutar de una sesión de masturbación es parte esencial de tu vida sexual y personal, y va mucho más allá del simple placer. Aquí te contamos cómo puede beneficiarte de formas sorprendentes: También puedes hacerte una buena paja mirando nuestras escorts Ibiza de alto standing, las señoritas más bellas del mundo se anuncian aquí.
- Conexión íntima contigo mismo: Tocarte te permite conocer mejor tu cuerpo, descubrir qué te excita y cómo prefieres sentirlo, fortaleciendo el vínculo con tus deseos.
- Orgasmos más potentes: Entender tus sensaciones hace que llegar al clímax sea más sencillo y profundo, elevando la intensidad del placer.
- Erecciones más firmes: Ya sea solo o acompañado, masturbarte mejora la respuesta de tu cuerpo, potenciando la calidad de tus erecciones.
- Mayor resistencia sexual: Con práctica, puedes entrenarte para prolongar el disfrute, lo que se traduce en mejor control durante encuentros con otros.
- Limpieza natural: Al liberar fluidos, reduces el riesgo de infecciones, manteniendo tu salud en equilibrio.
- Espermatozoides de calidad: La masturbación frecuente puede optimizar la cantidad y vitalidad del esperma, apoyando tu fertilidad.
- Fortalecimiento pélvico: Activas y tonificas los músculos de la zona, como un gimnasio para tu pelvis.
- Adiós estrés: Las endorfinas que liberas te relajan al máximo, ayudándote a desconectar y conciliar un sueño reparador.
¿Cuanto es masturbarse demasiado?

Hombre pensando
Si estás aquí, tal vez piensas que te masturbas demasiado. Pero, espera, ¿qué significa «demasiado»? ¿Una vez al día? ¿Tres? ¿Cinco, quizás?
La verdad es que «mucho» es relativo y varía según cada persona. Todo depende de cómo lo veas y de tus propias ideas. Algunos creen que eyacular a menudo «desperdicia» su fuerza vital, como si el semen guardara un poder especial. Sin embargo, esto está más cerca del mito que de la realidad.
Al final, si masturbarte no trastoca tu rutina, tus relaciones o tu trabajo, lo que para ti es «mucho» puede ser perfectamente normal, mientras que para otro un «poco» ya sería excesivo.
¿Como hacerse una paja buena?

Hombre sonriendo mientras sostiene una banana en la mano
En el fondo, puedes masturbarte como te dé la gana, cuando te apetezca y donde prefieras, siempre que busques un rato de placer en solitario. Pero ojo, hacerse una paja no reemplaza el sexo; más bien, lo enriquece y hasta puede sumarse a tus momentos en pareja.
Si estás perdido o quieres perfeccionar tu técnica, aquí tienes algunos consejos prácticos para que disfrutes de una sesión casi ideal, adaptada a lo que te gusta.
12 Pasos para hacer la super paja perfecta

Hombre posando sosteniendo una banana en su mano
Para sacarle todo el jugo a tu masturbación, date el tiempo que merece. Relájate, desconecta y sumérgete en el momento, enfocándote solo en lo que estás sintiendo.
Busca un rincón tranquilo y prepara el ambiente a tu gusto. Si no te convence el lugar, cámbialo sin problema: la cama, el baño, la ducha, incluso el coche… ¡tú decides dónde te sientes mejor!
¿Qué pasa por tu cabeza mientras te tocas? Deja volar la imaginación: fantasear te lleva a explorar mundos nuevos y sensaciones inesperadas.
Usa lubricante para que todo fluya suave. Esto intensifica las sensaciones y sube el placer a otro nivel.
Agarra la base del pene con una mano y, con la otra bien lubricada, acaricia el glande con calma. Esta zona es súper sensible, así que tómate tu tiempo: masajéala, haz círculos en la corona y no dejes de lado el frenillo.
Con la otra mano, recorre el tronco del pene de abajo hacia arriba, ajustando la presión de los dedos en diferentes puntos. Repite el movimiento tantas veces como quieras, marcando tú el ritmo.
Junta las manos entrelazando los dedos. Así abarcas más y puedes controlar mejor la velocidad. Deslízalas de arriba abajo, cubriendo el glande y el cuerpo; si aprietas un poco, se parecerá a la sensación de penetrar.
Hay mucho más que el clásico sube y baja, ¡te lo aseguro! Prueba distintas técnicas según cómo te sientas o lo que tu cuerpo te pida en ese instante.
No ignores a los testículos, que suelen pasar desapercibidos. Un masaje suave ahí mejora la erección y estimula la testosterona. Acarícialos con dedos lubricados, haz círculos y alterna entre ambos, pero con cuidado: son delicados y merecen mimo.
Pasa una mano al perineo, esa zona entre el pene y el ano. Presiona ligeramente, haz pequeños círculos… Combinarlo con caricias en el tronco, el frenillo o la base del glande hará que todo se sienta aún mejor.
Si te animas a ir más allá, acaricia la entrada del ano y, si te apetece, prueba a introducir un dedo poco a poco para buscar el Punto P, el tesoro oculto del placer. Explora a tu ritmo, pero no olvides añadir más lubricante, ya que esa zona no se humedece sola.
Suma juguetes al juego. Una bala vibradora en los dedos o el perineo, un masturbador automático, un masajeador de próstata o un plug anal… ¡todo sube de nivel con estos aliados!
No te quedes solo en los genitales. Los pezones, el cuello o la cara interna de los muslos también cuentan. Descubrir tu propio mapa de placer marca un antes y un después.
Con estos trucos en mente, lo mejor es que sigas explorando sin parar. Prueba, mezcla movimientos, juega con la intensidad… Nadie conoce tus gustos mejor que tú. La clave para una masturbación perfecta está en tus manos: ¡a practicar se ha dicho!